En esta
historia voy a hablar de alguien a quien no he tenido la posibilidad de
conocerlo, una persona que allí en el anonimato vivió cosas increíbles, mi
abuelo paterno, Rafael Ciro Martínez.
Tan solo a
sus 14 años se unió a la marina tras tener la oportunidad de ver un día a los
militares argentinos con sus trajes. Se burlaron de él cuando dijo que había
decidido seguir la carrera militar de la marina. Su tutor legal al que le
llamaba padrino y su tío lejano le decían que no sería capaz ni siquiera de entrar. Un año después
tras haberse alistado, con solo 15 años ganó la maratón de las Fuerzas armadas
entre Argentina, Uruguay y Brasil. A sus 16 años consecutivamente fue el mejor
galardonador de esas dos medallas reconociéndolo como el mejor atleta.
En la marina
vivió muchas aventuras, tuvo la oportunidad de navegar en la Fragata Libertad
de Argentina, que hoy en día es patrimonio argentino.
La Fragata
ARA Libertad pertenece a la Flota de Mar
de la Armada Argentina. Tiene como misión completar la formación profesional de
los guardia-marinas de la Armada Argentina.
Mi abuelo
estuvo en dos ocasiones en que la fragata dio la vuelta al mundo, una en el que él
estaba soltero y otra en el que ya estaba casado con Justina Hidalgo, mi
abuela. La primera vuelta al mundo de La Fragata Libertad fue realizada en
1965, la segunda vuelta al mundo fue en el año 1970, al estar casado mi abuelo
ya no podía participar en este recorrido pero lo eligieron igual sin dar
importancia a ese detalle.
En 1966 la
Fragata ARA Libertad obtuvo la Gran Medalla por el récord mundial de
velocidad de grandes veleros en el cruce del Océano Atlántico Norte. Hizo la travesía desde Cabo RACE, en
Canadá, hasta la línea imaginaria Dublín-Liverpool, que totaliza 2.058,6
millas, en ocho días y 12 horas. La marca permanece imbatida. Según lo que me cuenta mi padre, mi abuelo
también estuvo en este viaje y una de sus anécdotas fue que ganaron gracias a
un ciclón que los sorprendió, se dieron a la vela con gran riesgo de romperlas
pero eso les hizo avanzar mucho.
En una de las vueltas al mundo pasó por el puerto de
Bélgica en el que pudo traer un recuerdo a casa, una foto, que aún mi familia
conserva, el buque escuela belga Mercator.
RECUERDO DE MI ABUELO IMAGEN ACTUAL
Tras participar en estos recorridos también estuvo en
la casi guerra entre Argentina y Chile en el año 1978 y 1979 (el conflicto de
Beagle). El conflicto se centró en la
disputa por la posesión de las islas e islotes ubicados en el llamado martillo.
Mi abuelo contaba que fueron a terminar la cartografía argentina,es decir, cada isla que veían la reconocían como territorio
argentino poniéndole el nombre que ellos quisieran ya sea uno inventado o su
propio nombre.
RAFAEL MARTÍNEZ. MAYO DE 1978
Lo que he aprendido siempre con cada
historia que me cuenta mi padre sobre mi abuelo Rafa es que aunque tu entorno o
la gente diga que no puedes, que eso no te impida llegar lejos hasta alcanzar
ese gran propósito que Dios tiene para tu vida.
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