lunes, 30 de mayo de 2016

Una historia familiar para recordar

En esta historia os voy hablar sobre uno de los trabajadores de la ULA (Unión Lechera y Agrícola), Chile;  mi bisabuelo materno, Fernando López Rojas. Un hombre carismático, trabajador y bondadoso, quién tuve el honor de conocer con tan solo 2 años.

A sus 17 años empezó a trabajar en esta fábrica, debido a la crisis económica de la época;  en el cual el único propósito era  salir adelante con la familia. Su trabajo consistía en ponerle tapas de cartón a las conocidas botellas de vidrio, digo conocidas por que es uno de los únicos restos de la fábrica que hay o que da constancia de ello.

 
Botella de leche de la Fábrica Lechera (ULA)

En 1957 se casó a sus 25 años de edad con Graciela Allendes Pérez; mi bisabuela, una mujer amable,  cariñosa y excelente ama de casa. Un año después nació mi abuelo, Fernando López Allendes; quién siguió los pasos de su padre a los 19 años de edad en la fábrica, después de acabar sus estudios. Con los años fue subiendo de puesto, hasta llegar a sus 35 años a Jefe de Dirección de la sección de Elaboración de leche, quién se había ganado su puesto con esfuerzo y perseverancia.

Al cabo de los años en 1983 esta fábrica cerró por quiebra, y 14 años después esta empresa fue vendida a otra fábrica de productos lácteos llamada Soprole, cuya fábrica sigue vigente en Chile. Lamentablemente después de la compra, esta fabrica dejó de existir y no dejó huella de lo que fue el edificio, ni fotos, ni planos, nada…absolutamente nada, solo unas imágenes que son contadas con los dedos de las manos de unas botellas de leche o yogurt, que nos muestran que existió aquella fábrica.

Con este relato, me gustaría concienciar a aquellas personas que con simplemente contar un pedacito de lo que fue una vida trabajadora, como nuestros abuelos/as o bisabuelos/as;  hay otros muchos detrás a los que también hay que atribuirles el mérito, porque sin nuestros antepasados ya sean en la distancia o en la cercanía, no estaríamos aquí, ni tampoco se sabría de la evolución que han hecho hasta nuestros tiempos.


Espero que esto les rinda de homenaje a todos los trabajadores de la Fábrica de productos lácteos (ULA) que deben ser recordados como mi querido bisabuelo Fernando.

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